Tras los fracasos revolucionarios de la etapa anterior, se continúa la lucha por
la unidad con un amplio movimiento que tiene como nombre risorgimento.
El surgimiento y expansión del nacionalismo italiano se vincula a la idea de la
unidad de todos los territorios de lengua y cultura italianas que están, en algunos
casos, en manos de potencias extranjeras. Pero la causa de la unidad no está exenta de
dificultades: la propia división interna, la presencia de los austríacos en el norte con un
fuerte ejército, el modelo de Estado que se pretendía (si monarquía o república), la
cuestión de Roma en manos del papado y su carácter “intocable” para los católicos de
toda Europa, la oposición de las potencias conservadoras de Europa que no desean
una modificación de las fronteras nacidas en 1815...
Tras muchas dudas y contradicciones será el Piamonte el que lleve a cabo el
proceso, personalidades como Víctor Manuel II y su ministro Cavour tendrán un papel
determinante. Por otra parte no hemos de olvidar el apoyo popular a la causa y el
protagonismo de personajes como Garibaldi.
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